martes, 24 de junio de 2008

¿Contar hasta tres… o mucho amor?

La convivencia con las personas de la tercera edad no resulta fácil para muchos, sobre todo cuando éstas han perdido facultades físicas o mentales. La convivencia de varias generaciones genera una verdadera revolución en casa y es cada vez más común encontrar a abuelos, hijos y nietos compartiendo el hogar.

La dinámica de la vida moderna y todo lo que ello genera nos separa a veces de la fundamental misión de nuestras vidas: el bienestar de nuestra familia. Las personas mayores van quedando incapacitadas para mantener el hogar, pero no por ello deben quedar relegadas a un plano inferior. Ellas han cumplido una labor importante en la vida y han llevado las riendas por muchos años. Gratitud y amor es lo que merecen.

Es común escuchar frases como: "Los mantengo y no les falta nada, ¿De qué se quejan?"… "Cada día está más achacoso… como si no fuera bastante con mis problemas". "¿Te volviste a salir en la cama!?" Si reflexionamos un poco y nos ponemos en su lugar llegaremos a una simple y llana conclusión: comprensión, respeto y sobre todo mucho amor es lo que necesitan. Recuerde que todos aspiramos a llegar a viejos y el ejemplo que demos a nuestros hijos de cómo cuidar a los abuelos será revertido en nosotros mismos.

Educa a tu familia en el amor y el respeto a las personas mayores, atiende sus diferencias y comprende sus limitaciones. No le exijas al viejo que vaya a tu ritmo, no lo agobies con problemas que no puede resolver. Tampoco lo relegues y excluyas, deja que participe de algunas tareas del hogar y que se sienta útil. En fin, en vez de contar hasta tres, cada vez que te saquen de paso, respira hondo y recuerda que en gran medida eres quien eres gracias a ellos y que les debes mucho, pero mucho amor.

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